jueves, 26 de mayo de 2011

LA CÁMPORA PARA NOSOTROS. Por Andrés Larroque

Entender al peronismo como amor al pueblo, también significa agregarle a la política una cuota de algo mágico. 


Desconfiemos un poco de los fríos de corazón y secos de mente que niegan sistemática y tercamente cualquier tipo de hecho que tenga condimentos fantásticos. Entender al peronismo como amor al pueblo, también significa agregarle a la política una cuota de algo mágico. El amor, en definitiva, es una forma de magia, imposible de explicar por un método, con un gráfico, o con instrumentos terrenales.
Aquellos que no creen en el amor, ni en la magia, jamás entenderán que pocas casualidades tienen tanto sentido como que haya sido un 25 de mayo el día en que Héctor Cámpora y Néstor Kirchner asumieran sus respectivos mandatos como presidentes de la Nación, exactamente con 30 años de diferencia.
Por el contrario, al resto, a los que sí creemos, a los que amamos, confiamos y soñamos no nos genera ningún tipo de contradicción del tipo matemático o racional entender por qué el gobierno del “Tío” duró tan pocos días pero generó tanto futuro.
Cámpora es el nombre de la coherencia de toda una vida en la lucha por ideales a pesar de las persecuciones, la cárcel, el encierro.
Cámpora es el nombre de un político con lealtad de hierro a Perón que estuvo tan sólo 49 días en la presidencia de la Nación pero que representó, para toda una generación de militantes jóvenes, la posibilidad que, finalmente, esos sueños por los que se habían integrado a la política pudieran finalmente ser concretados.
Cámpora es el nombre de una época de compromiso y de construcción colectiva. Es el nombre de la amplitud y de la unidad de las juventudes políticas organizadas detrás de un proyecto nacional transformador, profundamente inconformista con las injusticias e inequidades.
Cámpora es el hombre y la palabra que simbolizan mejor esas plazas coloridas de 1973, esas robustas columnas de la JP, esa pasión de millones, esa alegría de militar y comprometerse, esa forma bella del mundo que construyó esa época. La primavera. Cámpora es una manera de interpretar el mundo.
Cámpora es el nombre de la Política de verdad.
Eso es Cámpora para nosotros.
Y cuando decimos “nosotros”, nos referimos a las nuevas generaciones de la militancia juvenil que decidimos encolumnarnos, no detrás de un nombre, sino de una clave para interpretar el presente. Para nosotros decir Cámpora no significa una búsqueda nostálgica por encontrar eso que nuestros padres nos contaron que fue, sino que es una forma de integrarnos, en la época que nos toca, a una larga y noble tradición emancipatoria nacional.
Por eso militamos por este proyecto, por eso cada vez somos más los jóvenes que en los barrios, las universidades y las fábricas nos sumamos. Porque intuimos que hay algo de eso que volvió. Porque sentimos que las viejas disputas que organizaron las grandes transformaciones sociales de este país vuelven a ponerse arriba de la mesa.
El 25 de mayo de 2003 se cumplían 30 años de aquel día en que todo parecía estar al alcance de la mano, en el que tantos años de lucha parecían finalmente, cobrar verdadero significado. Ese día, aunque pocos se lo imaginaban entonces, empezaba un proyecto político y de gobierno que iba a transformar a la patria como pocas veces se había experimentado.
El peronismo, el amor al pueblo, la magia de construir lo que parecía imposible, un sueño colectivo pero real. Eso es Héctor Cámpora. Eso es lo que empezó un 25 de mayo de 1973 y también de 2003. 





(Nota publicada en Tiempo Argentino)



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